Esta colina de 278 metros recibió su nombre de los lobos que antiguamente habitaban los pinares de sus laderas.
Según la mitología la diosa Atenea, patrona de Atenas, quería que su templo de la Acrópolis estuviera un poco más cerca del Olimpo, por eso una noche de tormenta arrancó una roca del monte Pentélico para colocarla sobre la Acrópolis pero cuando la trasladaba dos pájaros negros le dieron una mala noticia y Atenea sobresaltada soltó la roca que cayó en el centro de Atenas.
En la Grecia clásica el monte estaba cubierto por una densa vegetación y en la cima existía un templo dedicado a Zeus. Después de la ocupación turca el monte quedó totalmente despoblado.
Su reforestación comenzó en 1880 y finalizó en 1915.
Desde el Licabeto se divisa una panorámica de la Acrópolis y de toda la ciudad y, si la contaminación lo permite, pueden verse la cuenca del Ática, las montañas de alrededor y las islas de Salamina y Egina.
A la cumbre se puede acceder por teleférico o en coche, pero si prefiere caminar es preferible recorrer sus románticos senderos.
En la cima del Licabeto está la iglesia de color blanco de Agios Giorgios (San Jorge) y también cerca de la cima aprovechando una antigua cantera se construyó en 1965, a iniciativa de la actriz griega A. Sinodinu, un teatro abierto con capacidad para 3000 espectadores donde en verano se celebran numerosos conciertos y se representan obras de teatro.