Los Juegos Píticos, consagrados a Apolo, fueron uno de los cuatro Juegos Panhelénicos con los de Olimpia, los Juegos Nemeos y los Juegos Ístmicos.
Se celebraban cada 4 años en el Santuario de Delfos, el tercer año de cada Olimpíada, en un principio el mes de boukation, el segundo del calendario délfico (de 15 de agosto a 15 de septiembre) y desde el siglo IV a.C. en el mes de heraios (octubre).
Antes del inicio de los juegos unos heraldos (teoros) recorrían Grecia para proclamar la tregua sagrada, que permitía que todos los griegos asistieran a los juegos con total inmunidad, incluso en época de guerra. Si alguna polis no aceptaba la tregua sagrada quedaba excluida de la participación en los Juegos Píticos y si, habiéndola aceptado, violaba la tregua, sus representantes eran expulsados y la polis penalizada con importantes multas.
Los juegos duraban varios días. Los primeros días se dedicaban a los sacrificios, a las procesiones de los teoros, sacerdotes y participantes al altar de Apolo para ofrecerle una hecatombe (sacrificio de cien bueyes). Posteriormente tenían lugar los concursos musicales y poéticos en el teatro. Después se celebraban las competiciones deportivas: «estadion» (177,55 metros), carrera larga («dólikos», 24 estadios de 177,55 metros), carrera de dos estadios («diaulos»), pancracio, lucha, pugilato, carrera con armas, pentatlón (carrera, salto de longitud, lucha, lanzamiento de disco y de jabalina).
Tras las competiciones gimnásticas se desarrollaban los concursos hípicos: carreras de caballos, de carro con cuatro caballos (cuadrigas) y con dos caballos (bigas).
Los vencedores recibían una corona de laurel, el árbol de Apolo.
La estatua del Auriga de Delfos representa a un ganador de la carrera de cuadrigas de los Juegos Píticos y la de Agias a un atleta que en el siglo V a.C. fue varias veces campeón de pancracio en todos los Juegos Panhelénicos: Piticos (Delfos), Istmicos (Corinto), Nemeos (Nemea) y Olímpicos (Olimpia).
Durante los primeros dos siglos del Imperio romano, los Juegos Píticos estuvieron en pleno auge. Después fue decreciendo su importancia hasta desaparecer en el transcurso del siglo IV.