Está situado dentro del «Témenos» o recinto sagrado del Santuario en un recodo de la Vía Sacra.
Este tesoro fue ofrecido en el siglo V a.C. por Atenas al Santuario de Delfos y, según Pausanias, se costeó con la décima parte del botín conseguido en la
batalla de Maratón.
El pequeño
templo, construido con mármol de Paros, es de orden dórico con dos columnas in antis, es decir, con una prolongación de los muros de la naos hacía delante para formar el pórtico.
Consta de una naos o cella y un pronaos.
Fue restaurado por arqueólogos franceses entre 1903 y 1906.
Los frontones y metopas presentaban una profusa decoración escultórica. Las metopas originales se conservan en el Museo de Delfos y representan hazañas de Heracles y de Teseo, el héroe ateniense, y una Amazonomaquia o guerra entre atenienses y amazonas.
Las metopas que decoran el Tesoro son copias de las originales.
El 13 de septiembre de 490 a. C. el ejército griego formado por diez mil atenienses y mil soldados de Platea derrotó al poderoso ejército persa en la llanura de Maratón.
Los persas habían desembarcado a 40 kilómetros de Atenas, en una llanura de 3 kilómetros de ancho, situada entre las montañas y el mar.
Los griegos se situaron en la falda del monte Pentélico y favorecidos por la inclinación del terreno corrieron hacia los persas y entablaron un combate cuerpo a cuerpo. Los persas, sorprendidos, no tuvieron tiempo de reaccionar y no pudieron usar ni los arcos ni la caballería, huyeron despavoridos hacia sus naves y fueron perseguidos y masacrados por los griegos. Los persas perdieron 6.400 hombres y sólo 192 los griegos.
En Atenas, las mujeres esperaban conocer el resultado de la batalla porque los persas habían jurado saquear la ciudad, matar a los niños y violar a las mujeres. Las griegas habían decidido que si no recibían la noticia de la victoria griega antes de la puesta de sol, matarían a sus hijos y se suicidarían. El corredor Filípides recorrió los 42 kilómetros que separaban Maratón de Atenas, tras anunciar la victoria con la frase: «¡Alegraos, atenienses, hemos vencido!», se derrumbó por el esfuerzo y murió agotado. (+ info)