Cerca del pueblo de Ligurio, en un bosque de pinos se encuentra el Teatro de Epidauro, el teatro de la antigüedad con mejor acústica del mundo. Fue diseñado por Policleto el joven en el S. IV a.C. que utilizó un desnivel natural del terreno para construirlo. Se conserva en perfecto estado y en verano se celebra el Festival Anual de Teatro Heleno en el que se representan tragedias y comedias clásicas.
La «orchestra», circular, tiene casi 20 metros de diámetro y su capacidad es de 15.000 espectadores que disfrutan de unas vistas espectaculares del apacible paisaje del valle de Asclepio. Sirvió de modelo a numerosos teatros griegos y se ha convertido en el símbolo del teatro griego antiguo.
En este mítico lugar fue proclamada la independencia de Grecia en 1822.
En el mismo recinto puede visitarse el Santuario de Asclepio (Esculapio), hijo de Apolo y dios de la Medicina donde se celebraban cada cuatro años las «Asclepeia», fiestas panhelénicas en honor de este dios que combinaban pruebas gimnásticas, poéticas y musicales. Todo el santuario fue proclamado Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1998.
El santuario de Asclepio se compone de un templo principal dedicado a Asclepio, el tolo (templo circular construido sobre el año 360 a.C. en cuyo punto central estaba situada una fuente cuya agua se consideraba milagrosa), otros templos dedicados a Artemisa y Afrodita y edificios destinados a los enfermos. Actualmente hay un museo en el que se exponen los objetos encontrados durante las excavaciones.
El santuario comenzó siendo un templo dedicado a honrar al dios de la Medicina y terminó convirtiéndose en un lugar de peregrinación para los enfermos debido al agua milagrosa con la que los sacerdotes del santuario sanaban a los enfermos.
Héroe y dios de la medicina, hijo de Apolo y de la mortal Corónide, hija del rey de Tesalia.
Apolo y Corónide se amaron en las orillas de la laguna Beobea
(Lacerea). Apolo regresó a Delfos dejándo a Corónide bajo la
vigilancia de un cuervo blanco. Como Corónide tuvo relaciones con el
mortal Isquis el cuervo blanco voló para contar a Apolo la traición
de Corónide. Apolo maldijo al animal condenándolo a él y a toda su
descendencia a ser de color negro y mató a Corónide, aunque antes de
que la pira funeraria la incinerase, sacó de su vientre a Asclepio.
Fue educado por el centauro Quirón en el monte Pelión que le
instruyó en las artes de la medicina. También intervinieron en su
educación Apolo y Atenea.
Como Asclepio tenía poder para resucitar a los muertos, Zeus decidió
matarlo porque temía que la resurrección de los mortales acabara con
el orden del mundo. Cuando Asclepio resucitó a Hipólito, hijo de
Teseo, Zeus se enfadó muchísimo y fulminó a Asclepio con un rayo. Su
cuerpo fue enterrado en Epidauro.
Los enfermos eran sometidos a solemnes ritos de purificación con el
agua sagrada y posteriormente dormían en el «enkoimeterion»
donde se les aparecía el dios Asclepio durante sus sueños y les daba
instrucciones que luego los sacerdotes interpretaban e indicaban el
tratamiento a seguir que solía consistir en ejercicios físicos,
paseos, baños o pasatiempos. Para estas actividades se construyó el
teatro y las instalaciones deportivas (gimnasio, palestra y estadio)
y finalmente culminó con la celebración de las fiestas panhelénicas
en honor de Asclepio.
El santuario se convirtió en objeto de culto y lugar de sanación
desde los siglos VI a. C. al III a. C y conseguía muchas curaciones,
especialmente en los enfermos afectados de dolencias psicosomáticas.
En este santuario estaba prohibido nacer y morir.
Teatro de Epidauro © LUIS KALDERON