En Rodas se levantaba el coloso de Rodas, una de las siete maravillas de la antigüedad. El coloso representaba a Helios, dios del sol y estaba colocado en la entrada del puerto de Rodas.
Sus 37 metros de altura permitían que los barcos pasaran por debajo de sus piernas abiertas.
La gigantesca estatua fue construida por el escultor de Rodas, Cares de Lindos que necesitó doce años para terminarla. La base era de mármol blanco y la estructura fue gradualmente levantada con acero y piedra sobre los que se depositaban capas de bronce.
El coloso sólo se mantuvo en pie durante 56 años porque fue derribado por un terremoto en el año 227 a.C.
Tras la muerte de Alejandro Magno se entablaron luchas entre sus sucesores, Demetrio «El sitiador», rey de Macedonia se enfrentó a Ptolomeo rey de Egipto. Demetrio solicitó una alianza con Rodas pero los rodios se negaron y Demetrio sitió la ciudad el 305 a. C. pero no pudo conquistarla. Para conmemorar la victoria los rodios vendieron el material bélico que había abandonado Demetrio y con el dinero que obtuvieron construyeron el coloso.
En el puerto antiguo de Rodas (actualmente denominado «Mandraki») estaba ubicado el Coloso. Su gran altura permitía que los barcos que entraban y salían del puerto pasaran por debajo de sus piernas.
En la bocana se erigieron dos columnas de piedra, rematadas por dos ciervos de bronce. Una de estas columnas se ha derrumbado recientemente.
En el siglo XV los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén construyeron en uno de los muelles la Torre de San Nicolás, de planta circular, para defender el puerto de Rodas. Posteriormente dentro de la torre se levantó un faro.
Esta Orden se fundó en Jerusalén en el siglo XI para proteger a los peregrinos de los Santos Lugares. La mayor parte de los caballeros eran franceses y tenían voto de pobreza y castidad.
En 1291, tras la toma de San Juan de Acre por los turcos, los Caballeros de San Juan se retiraron a Chipre y posteriormente a Rodas, donde resistieron dos asedios de los turcos en 1444 y 1480. Finalmente, en 1522, 650 caballeros, junto con unos 6.000 habitantes cedieron ante un ejército de 100.000 hombres del Sultán Solimán el Magnífico.
En 1523, 180 caballeros supervivientes se marcharon de Rodas y se establecieron en la Isla de Malta, denominándose desde entonces como Orden de Malta.
Un terremoto derribó el coloso en el 227 a. C. y sus restos permanecieron en el fondo del puerto durante más de ochocientos años hasta que en el año 653 d. C. el poderoso califa árabe Moabiah los vendió a un comerciante judío de Siria, que los transportó a lomos de 900 camellos.